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¿Qué es?

El sensor de temperatura es el elemento que se encarga de medir la temperatura del aire o fluidos, normalmente agua. Hay sensores que aparte de medir la temperatura también miden la humedad relativa.

En el mercado existen gran variedad de sensores. A continuación, os citamos algunas de las características por las que se diferencian:

  • Sonda. Hay sensores de temperatura con y sin sonda. Aquellos que tienen sonda externa miden la temperatura de los líquidos.
  • Tamaño. Hay sensores que ni se notan que están colocados por su pequeño tamaño. Estos no molestan al sacar y meter los productos. Sin embargo, hay otros más grandes que son más aparatosos y dificultan la entrada y salida de productos.
  • Instalación. Dependiendo del tipo de sensor, la instalación puede ser más o menos compleja. Hay casos en los que es necesario agujerear la cámara para introducir la sonda. Sin embargo, hay sensores que no requieren modificar la cámara, lo que hace que la instalación dé menos calentamientos de cabeza.
  • Temperatura de medición. El rango de temperatura de un sensor varía mucho dependiendo de para qué esté fabricado. En el sector hostelero suelen medir tanto las temperaturas de refrigeración como de congelación.
  • Registro de temperatura. Los datos de temperatura pueden quedarse almacenados en la nube o en local.

La importancia del sensor de temperatura en la conservación

El sensor de temperatura se utiliza en muchos sectores, entre ellos en el sector hostelero y farmacéutico. Así, logran controlar la temperatura de las cámaras frigoríficas y de congelación, salas de elaboración, etc. La necesidad de conocer la temperatura de los productos que se conservan para estos sectores es fundamental debido, entre otras cosas, a las inspecciones sanitarias. Además, así se aseguran de que los productos que ofrecen son de buena calidad. Y aquí es donde entra en juego el sensor de temperatura. Este es muy útil a la hora de controlar la temperatura de los alimentos y medicamentos.

Las inspecciones del sector hostelero exigen llevar un registro de la temperatura a la que se conservan los alimentos, tanto los frescos como congelados. Para garantizar la inocuidad de los alimentos, estos deben de almacenarse a tu temperatura óptima y no haberse interrumpido la cadena de frío. Para saber si la cadena de frío se ha roto existen sensores que pueden avisarte mediante alertas de temperatura. Así, tirar los alimentos a la basura nunca será una opción.

Para el sector farmacéutico, también es necesario llevar un registro diario de las temperaturas máximas y mínimas del local y neveras. En el caso de que ocurra alguna anomalía debe quedar registrada la actuación que se ha llevado a cabo para solucionar el problema.

Tanto para el sector hostelero como farmacéutico se puede realizar el registro de temperaturas de forma automática. Algunas de las ventajas son:

  • Te aseguras de que la temperatura registrada es la correcta.
  • Ahorras en tiempo y dinero. Ninguno de tus empleados tendrá que molestarse en tomar la temperatura diariamente.
  • Tendrás de forma accesible los registros mensuales de temperatura. Eso de perder los papeles será cosa del pasado.

El sensor de temperatura doBBox

Con doBBox puedes medir la temperatura de tus cámaras frigoríficas y de congelación, vitrinas, salas de elaboración, etc.

Podrás ver la temperatura desde la app y tener controlados tus productos en todo momento. Gracias al sistema de alertas puedes despreocuparte por completo de la conservación de tus productos, ya que ante cualquier anomalía te avisa por medio de push notification e email. doBBox también puede hacer por ti los informes de sanidad, para que ahorres tiempo y dinero. En definitiva, te hará la vida mucho más fácil y cuidará de tus productos.

sensor de temperatura